Por Juan Carlos Hernández A.
El tejido social es maltrecho y no tiene para cuando cohesionarse como sociedad integrada como un todo; las causas de ello son inequívocamente externas; quién sabe que nos quede por venir, por lo que orden y ley es lo que el país demanda, la probabilidad de que mejore.
Quisiera escribir palabras hermosas y alentadoras de lo bien que estuviera prosperando el país en la economía, inversión, producción, educación, salud pública, y hoy el tema de moda la seguridad pública, pero precisamente no es factible hacerlo, derivado de los acontecimientos pasados que han asolado, no a unos cuantos, no por desgracia, sino a variosciudadanos en Jalisco y otros estados más, cada uno con sus propias características, respecto a los sainetes de la delincuencia organizada y también la noorganizada; tenemos pues que exponer y no lo escribo con afán de ridiculizar o siquiera exhibir a nadie, la fallida, la innegable y la indiscutible errática forma de establecer y defender y hacer cumplir el Estado de Derecho que bien escrito está en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanode nuestro país.
La máxima de “dejar hacer y dejar pasar”, como sea ya quien sea por encima de la constitución será posibleque sí y analícelo usted tiene la respuesta. Es probable que en lo referente a la estrategia de seguridad pública o al menos si está planeado, pues al menos se debiera ser aterrizarlo, hacerlo realidad, en beneficio del cuidado que por ley debe darse a la ciudadanía en general, pues al caso no se ve ni cómo ni por dónde, y a la mera ni con qué, aunque suponemos hay recursos para ello.
En verdad que es necesario y pertinente más aún se asome un respiro, de tranquilidad, para paliar este cáncer que llama a la destrucción y desolación de loque mucho mexicanos reclaman: un país seguro. La ultimas noticias de hace quince días nos muestran la realidad, que es y está singularmente fea.
Que lejos estamos de volver a la calma, pues si es verdad que este mal existe desde siempre, lo que sí es que ha venido creciendo descomunalmente y cada vez más y no creo que sea por falta de presupuesto, instituciones o personal, no será más bien por falta de buena voluntad, (agregue con cuidado lo que usted conceda de adjetivos calificativos) bueno siquiera de cumplir y hacer cumplir la ley; nada más y nada menos, aplicar el justo medio aristotélico.
Las condiciones no están dadas, como para echarse para atrás en ningún sentido; debe imperar el Estado yel Derecho, sea como sea hay una norma que cumplir, un poder judicial que aplicar y no lo contrario, nos orillamos a pensar que las circunstancias cambian, síeso puede ser, pero el qué y el cómo hacer cumplir la ley suponemos no debería cambiar ni en un ápice.
Mal parados estamos ante la opinión pública del país y del mundo por desgracia, cuando no hacemos lo que corresponde en esta delicada tarea de gobernabilidad, ¿entonces qué falta? Respuestas hay muchas…usted tiene la palabra.
México no es ni será lo que antes fue, hoy no, porque ya la paz social está vilipendiada, mancillada, manipulada y quizá de pie, pero mal parada. A propósito, del pasado 5 de marzo, los mexicanos aguantamos por este descubrimiento que gente común(colectivos organizados de buscadores) encontró en el municipio de Teuchitlán; en realidad no es que hayan descubierto mucho, solo evidenciaron lo que hay y está por los terrenos de municipios del país entero; empero hasta cuándo y hasta cuánto resistiremos la inseguridad que impera por doquier. ¿Falta que encuentren más, o así nos quedamos?
Pregúntese amable lector, si ha sido objeto de un asalto, conoce a alguien que le han quitado sus pertenencias, su paz, su tranquilidad, yo esperaría que no, pero en definitivo que sí. No hablemos de estadísticas pues usted las conoce, las ve a diario en los noticieros, lo pulsa, lo ha sufrido y quizá ya es parte de ellas por desgracia y ¿qué hacer?
Otra vez, la pregunta: ¿del tejido social nos queda algo? vaya usted a saber; no lo sabemos, pero aguantarse no es cosa de Dios, aunque solo Él nos guarde con la esperanza (pues sino quién) de algún día ver a este país en calma y sosiego. Sin embargo,que no llegue el rumor de la discordia.
*El autor es Maestrante en Gestión Social y Políticas Públicas