Por Adrián Meléndrez
Las arcas de Diego Monraz y su familia se han incrementado en formas notable en los últimos años.
Las causas son fáciles de explicar. Muchos ciudadanos han padecido el asedio de las llamadas grúas piratas, que existen bajo el cobijo de Setran y que con lujo de prepotencia hacen pagar a los conductores hasta 5 o 10 mil pesos por servicios inexistentes.
El acuerdo en este sexenio se realizó entre el secretario Monraz y los propietarios de las grúas piratas, manchando de paso la reputación de los dueños de grúas tradicionales que actúan conforme a la ley y las tarifas.
Los fondos ilegales que se obtienen van a parar al apoyo de campañas -hasta un mes pidió de licencia Diego Monraz-para irse a operar con esos recursos campañas de desprestigio y guerra sucia.
El compromiso de Alfaro con el panismo está pagado, ahora Pablo Lemus se sacudirá esas cuotas políticas para dar paso a un perfil técnico que entre otras cosas gestione la movilidad actualmente en el olivos total.